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25 Aniversario del Mundial de Superbikes: Cliff Hangers

Wednesday, 3 October 2012 15:27 GMT
25 Aniversario del Mundial de Superbikes: Cliff Hangers
Durante sus 25 años de historia, el FIM Mundial de Superbikes ha vivido muchas temporadas en las que el título se ha decidido en la última carrera, como sucederá en la presente campaña.


Hasta tres corredores pueden coronarse en la cita final de Magny-Cours, siendo Max Biaggi (Aprilia Racing) el principal favorito por ocupar el liderato actual de la clasificación, seguido de Tom Sykes (Kawasaki Racing Team) y Marco Melandri (BMW Motorrad Motorsport), una situación emocionante a falta de dos carreras.


La última ocasión en la que sucedió algo similar fue en 2009, cuando Ben Spies (Yamaha) y Noriyuki Haga (Ducati) se vieron las caras en Portimao, separados por apenas 10 puntos. Entonces, Spies se proclamó campeón.


En 2007, la temporada más reñida de la historia, se llegó a la penúltima ronda en Vallelunga con James Toseland (Honda) al frente, seguido por Max Biaggi (Suzuki) a 29 puntos y Noriyuki Haga (Yamaha) a 33. Todo se decidió en Magny-Cours quedando los tres separados por apenas 18 puntos, de hecho al campeón (Toseland) únicamente le separaron dos puntos del segundo clasificado (Haga).


Toseland ya se vio implicado en otra lucha cerrada en el 2004, temporada de su primer título. Tras la ronda de Imola, su compañero Regis Laconi (Ducati), Chris Vermeulen (Honda) y Noriyuki Haga (Ducati) estaban separados por 41 puntos. Cualquiera de ellos podía haberse proclamado campeón en Magny-Cours, donde Toseland reinó con una ventaja de nueve puntos sobre su compañero de equipo.


Una de las últimas rondas más famosas del WSBK tuvo lugar en Imola, un 29 de septiembre del 2002. Colin Edwards (Honda) y Troy Bayliss (Ducati) llevaban todo el año en un toma y daca, por lo que llegaron a Imola separados por sólo un punto. Allí, Edwards se impuso con un doblete que valió el título.


Antes del nuevo milenio, hubo siete temporadas en las que el campeón se coronó en la última ronda del año, lo que reafirma la identidad del Mundial de Superbikes como una de las competiciones más igualadas y espectaculares del deporte motor.